Por Pesca y Acuicultura
«La idea es alcanzar un consenso en el sector pesquero que permita que la nueva ley acoja todas las demandas»
Cristian Arancibia Chandía, Jefe del Equipo Técnico, elegido Presidente de Ferepa por unanimidad, detalló las prioridades que guiarán su mandato entre las que está la discusión de la futura Ley de Pesca: mejorar la eficiencia del gasto de recursos públicos orientados al sector a través del fortalecimiento de los diagnósticos; reafirmar el compromiso del gremio con avanzar en seguridad social; defensa del Medioambiente; y pesca ilegal, entre otros.
El dirigente, trabaja desde hace 9 años en la organización, desde la Dirección del Equipo Técnico. Ferepa Biobío es la organización más longeva de la pesca artesanal, con 37 años desde su fundación y reúne 76 sindicatos con alrededor de 8 mil asociados de todas las provincias del Biobío. “Hoy día pretendemos consolidar 6 temáticas centrales partiendo por fomentar la acuicultura de pequeña escala, establecer un diagnóstico real de la pesquería de pequeña escala que son aquellos recursos capturadas por pescadores artesanales de las costas del Biobío pero que están carentes de estudios como la corvina, robalo, rollizo o sierra que son especies objetivos principalmente de los boteros de la Región, fortalecer la integración de los pescadores mariscadores bentónico y estamos muy atentos a la Ley Bentónica que sigue su curso en el Congreso y que se encuentra en su tercer trámite constitucional en el Senado”.
La nueva Ley de Pesca es uno de los más importantes temas en la discusión y que nos preocupa en su articulado.”No conocemos el texto de la ley lo que genera incertidumbre en el sector porque, aunque los títulos pueden ser llamativos, lo importante es cómo queda estructurada la nueva normativa de acuerdo a lo que ha planteado la autoridad sectorial y a los temas que como Ferepa Biobio hemos conversado con el Subsecretario de Pesca. Confiamos en que puede ser un avance, porque hay que recordar que la pesca artesanal tiene distintas visiones respecto a su operación, lo que implica que lo que afecta a uno puede beneficiar a otro, entonces, la idea es alcanzar un consenso en el sector pesquero que permita que la nueva Ley acoja todas las demandas”.
De hecho estamos haciendo un trabajo con organizaciones de pescadores afines en la región como sector pelágico o merluceros que tienen una visión distinta a los pescadores artesanales, propiamente tal, que habitan las caletas de la zona. En este sentido, dado que compartimos el mar, lo que pretendemos es alcanzar puntos comunes que nos permitan abordar este proceso de nueva Ley de Pesca con una visión más holística respecto de la existencia de amplias necesidades, de poder dejar resguardada la sustentabilidad de los recursos en una legislación que esperamos sea beneficiosa para el sector .
Hoy día la pesca artesanal se está compenetrando de conceptos nuevos como la crisis climática o el resguardo del medioambiente donde se desarrollan prácticas mucho más amigables con el planeta, donde existe un compromiso de la pesca artesanal de poder generar un menor impacto al ecosistémico enfocado principalmente en el uso de elementos y artes que no generan lesiones y también, en entender que debemos preservar la biodiversidad marina, con una suerte de manejo responsable de recursos que muchas veces es autorregulado, sobre todo en el sector artesanal de pequeña escala que representamos. Eso, en un enfoque de sustentabilidad que creemos que debe seguir reforzándose como organización con el apoyo de la academia y las instituciones del Estado que correspondan y, lo segundo, es la tan necesaria Plataforma Social.
Hay cosas que nos preocupan de sobremanera que es cómo los fondos del Estado a través del Instituto Nacional de Desarrollo Sustentable de la Pesca Artesanal y de la Acuicultura de Pequeña Escala (Indespa) y el Gobierno Regional se están invirtiendo en apoyo a la pesca artesanal. Es un hecho que, desde hace mucho tiempo, los programas están siendo muy básicos en la destinación de financiamiento, lo que hace que el foco de la inversión no tenga un diagnóstico claro primario de cuáles son las reales necesidades de la pesca artesanal regional. Estos elementos hoy día hacen que muchos de esos recursos se pierdan en instituciones académicas, fundaciones o corporaciones donde muchos fondos van principalmente para pagar a los equipos de profesionales y otros servicios que no ponen el foco en las necesidades reales de la pesca artesanal.
Llamó profundamente nuestra atención, que el Gobierno Regional del Biobío recurra a organizaciones que no son de la región ni conocen la realidad ni las necesidades que tiene Biobío. El caso de la Fundación Chinquihue que, sin contar con un diagnóstico necesario y real y que en nada aporta en sacar del estado de precariedad en la que se encuentran los pescadores, sus familias, en las caletas. Lo mismo ocurre con Indespa que sigue generando programas con elementos que si bien ayudan a la pesca artesanal, pero que solucionan un problema que apunta a la raíz que tiene al sector precarizado. Hay que generar programas adecuados en materias como acuicultura de pequeña escala, encadenamientos productivos, sustentabilidad de los recursos y la crisis climática, todos elementos que deben ser bien abordados antes de entregar recursos.
Somos fuertes y responsables defensores de la pesca y hemos hecho un llamado a las autoridades y distintas instituciones de poder generar una labor conjunta para mejorar los canales de fiscalización de la pesca ilegal que hoy está afectando, principalmente, algunas especies como la merluza y el área bentónica, además de áreas de manejo que están siendo objeto de hurtos y robos que hacen insostenible la sustentabilidad y los únicos que pierden son los sindicatos dueños de las áreas de manejo. Creemos que Sernapesca debe fortalecer su acción y, la Autoridad Marítima con Carabineros de Chile, deben tomar un rol más activo en evitar este tipo de delitos en el mar.
Estamos convencidos en que debe haber un vuelco en el manejo de las pesquerías, en que la pesca artesanal debe enfocarse en la seguridad alimentaria. Hay que mejorar algunos aspectos, principalmente en la pesca pelágica, sardinas, anchovetas y jurel, pero también en la pesca artesanal propiamente tal porque tenemos que entender que debe haber un mejor desarrollo de la infraestructura y de los equipos para el manejo de esas pesquerías que puedan hacer que esos productos puedan llegar a los mercados nacionales e internacionales promoviendo la seguridad alimentaria y asegurando prioritariamente la cadena alimentaria familiar.
Tareas del presente y futuro
Lo primero es consolidar una estrategia de defensa de los intereses de la pesca artesanal en la nueva Ley de Pesca que ya debería comenzarse a discutir este año y comienzos del próximo.
Luego de eso, poder fortalecer la institucionalidad pesquera artesanal generando espacios de diálogos con las organizaciones de la región, limar asperezas y acortar brechas que nos tienen un poco distanciados y encontrar puntos en común que permitan mostrarle a la autoridad que la pesca artesanal tiene un consenso e ideas comunes que pueden ser objeto de una buena política de desarrollo pesquero regional enfocando los recursos del Estado en mejorar los procesos para encadenar un desarrollo económico, social y cultural de la pesca artesanal en la Región.