Por Zoila Bustamante*

Hace menos de una semana, los pescadores artesanales bentónicos de la región de Los Lagos
recibimos un balazo a quemarropa a raíz de que los pescadores artesanales de la Región de
Aysén interpusieron un recurso de protección que impide innovar en materia pesquera
en lo que dice relación con el paso de la flota ericera desde la región de  Los Lagos hacia la
Región de Aysén, específicamente en las áreas de extracción ubicados en las cercanías de las
Islas Guaitecas y respecto también a tres recursos particulares, que son erizo, en primer lugar y
que contempla la luga y la almeja.
La actividad económica que se pretende congelar, constituye el sustento de cientos de familias
de la región, una faena extractiva considerada ancestral por los pescadores  artesanales de
Quellón, Calbuco y Carelmapu principalmente, sobre todo porque son pesquerías que tienen
inscritas en sus respectivos Registros Pesqueros Artesanales y que han desarrollado en la zona
en el tiempo.
Solo en este caso, el acuerdo de zonas contiguas constituye un elemento de discordia y
conflicto permanente entre pescadores artesanales de dos regiones, donde la actividad propia
de cada cual no se ve afectada por la acción del otro y donde, sin embargo, existe una especie
de “peaje” periódico que el gobierno regional de Los Lagos debe pagar al gobierno regional de
Aysén para que finalmente los pescadores dedicados a estas pesquerías  puedan trabajar.
Y es que llevan tantas décadas operando en esas áreas sobre los recursos señalados, que en
cada modificación de la ley es una oportunidad para remediar los conflictos que se desatan en
vísperas de cada temporada, mediante protestas y marchas que exigen un acuerdo de zona
contigua, a todas luces un desgaste que los pescadores artesanales deben librar cada cierto
tiempo para ganarse el sustento anual de sus economías.
Así han habido varios intentos de incluir esta materia en la legislación chilena, entre ellas, las
más visibles están la Ley de Pesca aprobada en el año 2011, en diversos proyectos de ley y
ahora último incluido en la Ley Bentónica, recientemente aprobado en la Cámara de Diputados
del Congreso Nacional y que pasa a tercer trámite pero que cuyos artículos específicos en esta
materia han sido rechazados.
Y han sido rechazados a la luz de las interpretaciones de parlamentarios de otras regiones no
involucradas, a la sombra del temor que infunden respecto a que la flota bentónica es
altamente tecnificada o que lo que se intenta hacer es pasar a todas las regiones.
 
Lo único que puedo decir, es que todos esos argumentos expuestos son mentira, es un artículo
altamente específico, sobre una flota específica, en un territorio específico, con pesquerías
específicas.
En este sentido, es importante decir que el tema  de la regiones contiguas es más que una
pelea entre regiones, porque esta pesquería viene desde  hace muchos años atrás, de cuando
la pesca artesanal de la región de Aysén aún estaba en pañales y la región nuestra ya tenía una
flota de buzos mariscadores que iba en lancha a trabajar a esa zona.
Lo digo porque en esos tiempos fui muchas veces a trabajar con mi papá a los erizos y luego lo
seguimos haciendo, con mi esposo y con mi hija, mis hermanos; es un trabajo que hemos

hecho siempre y no solamente quien les habla, sino un montón de familias que viven de esto
en la isla de Chiloé, Calbuco y Carelmapu, y en toda la región en general.
Entonces, hoy no podemos verla como una actividad pesquera normal sino que se convirtió en
un negocio entre regiones y por esto mismo, no quiero dejar pasar las palabras del diputado
Calisto, quien dijo que no podíamos entrar a su casa sin pagar. Podemos estar de acuerdo,
pero la verdad es que el esfuerzo pesquero se ha realizado históricamente por los buzos de la
Región de Los Lagos y el puerto de desembarque se realiza en Quellón, por lo tanto debería ser
un trabajo compartido y no cortarnos las manos laboralmente.
Soy una convencida que separar las regiones en este tipo de pesquerías tan específicas, al final
del día pasa la cuenta, porque después de muchos años de ser hermanos de trabajo con la
región de Aysén, hoy pasamos a ser enemigos, ni siquiera por un tema económico, porque las
plantas de proceso de Erizo siempre han estado en la región de Los Lagos, en Chiloé y en  la
comuna de Puerto Montt.
Además, de haber querido impulsar la actividad ericera en la región de Aysén, ya lo habrían
hecho hace tiempo, así como lo han hecho con la actividad salmonera, pero la verdad es que la
flota de Aysén no trabaja, la que realmente realiza el esfuerzo es la flota de Melinka, pero hay
que saber de la realidad y ver con lupa lo que está pasando, no es fácil para nadie, menos para
la cantidad de gente que va a quedar cesante si persiste esta forma de paralizar la actividad,
ahora mediante recursos de protección, ya habiendo sido pagado el cobro, cada vez más caro,
que asciende a los 2 mil millones de pesos y que cuenta con una resolución de la Subsecretaría
de Pesca.
Pensemos entonces en transparentar las cosas mediante un Comité de Manejo ericero
birregional, con un Plan de Manejo, con la participación del Comité Científico y a través de la
definición de cuotas, las que siempre nos han regido, que incluya a los actores de la actividad
que tienen inscrito el recurso o que simplemente se dirima a través de la votación de los
pescadores artesanales que realizan el esfuerzo y no de quienes solo especulan.

  • Zoila Bustamante, es presidenta de la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales
    de Chile, CONAPACH y de la Unión Latinoamericana de la Pesca Artesanal, ULAPA.