Por Oscar Henríquez Arriagada*

La zona marítima comprendida entre las regiones de Ñuble y Biobío, quedó
establecida, al momento de separar las regiones, en una zona común, debido
principalmente a que la separación de estas regiones creaba una disparidad entre
el poder de pesca de la región del Biobío y su par de Ñuble. Eso, en términos
simples, es lo que cuenta la leyenda.
Además, debemos considerar que, históricamente, todas las separaciones de
regiones que han existido en los últimos 30 años se han debido a procesos
políticos, cuyo fin último es la creación de nuevas administraciones regionales,
para poder compensar las carencias administrativas regionales que alguno de
estos territorios presenta. Es así como a principios de los en la década de los 90,
un espíritu seudo emancipador creció en la actual región de Ñuble, en descontento
por el centralismo regionalista de la capital región, que en ese minuto era
Concepción. Finalmente, tras años, un consenso político transversal hizo nacer la
nueva región que hoy conocemos.
En ese mismo proceso se determinó que debido a la dinámica de la economía de
la región del Biobío, se mantuviera en el mar una zona continua que permitiera
desarrollar la actividad pesquera artesanal de manera normal, ya que en la región
de Ñuble no poseía, y de hecho aún no posee, capacidad de pesca suficiente y
necesaria como para poder desarrollar una explotación sustentable de los
recursos. Esta medida mantuvo de manera armónica, la actividad pesquera en
ambas regiones, hasta el día de hoy.
Sin embargo, hoy en día vemos que no solo Ñuble, sino que, en otras regiones del
país, se está hablando de regionalizar los recursos pesqueros, y con ello, como
consecuencia directa e inmediata, crear una disparidad y desbalance en el
esfuerzo de pesca, creando un sesgo que encierra en cada región las flotas,
distorsionando la capacidad de pesca, y concentrando la actividad extractiva en
zonas acotadas del país.
A pesar de ello, las evaluaciones de stock se siguen desarrollando a través de
macrozonas, por lo que es un contrasentido evaluar según este criterio y
administrar a través de zonas geográficas políticas, como son las regiones
administrativas de Chile. ¿En serio alguien cree que lo peces entienden de
regiones? ¿Que los distintos stocks tienen una especie de aduana donde los de
una región no pasan a la otra? ¿O que la inexistencia de una flota en una región
va a fomentar el crecimiento en recursos con acceso cerrado?
Es que hay que ser súper cauto en la generación de políticas públicas y ser
consistente en las medidas administrativas que se toman producto de
antecedentes científicos, y se debe tener el rigor necesario para poder administrar
la pesquería, cualquiera sea esta, cómo poblaciones naturales que deben ser
manejadas considerando las distribuciones espaciales reales y sus ciclos
naturales y no por inventos geopolíticos que no tienen ningún sentido biológico,
ecológico o natural, como la actual distribución regional de nuestro país. Hay que
entender que estas separaciones son meramente administrativas y no se condicen
actualmente con ningún tipo de distribución natural existente, por lo que pretender
regionalizar recursos de los cuales no se tiene ningún tipo de control ecológico, ni
poblacional, es intentar hacer una paila marina con porotos granados.

¿Será consistente hacer un estudio sobre el impacto de la flota del Biobío, en la
región de Ñuble, a sabiendas que la mayoría de los recursos son un stock en
común? No lo sé Rick… ¿Será de sentido común establecer parámetros con
límites en una zona como la zona común marítima entre ambas regiones, cuya
definición ni siquiera existe? ¿La inventamos ahora?
Finalmente, Se argumenta mucho respecto de que la pesca artesanal afecta el
turismo de comunas como Cobquecura, pero a riesgo de caer en la majadería, no
hay ninguna caleta en Chile donde la pesca artesanal no conviva y no se alimente
del turismo local. Y al revés, el turismo se fomenta y genera mayor valor cuando
va de la mano con el sector extractivo artesanal. Da la impresión entonces que el
argumento es extremadamente rebuscado, ilógico y que busca algo que, en la
práctica, no existe en ninguna parte.
Regionalizar recursos es un ejercicio científicamente falaz, administrativamente
incongruente, y políticamente facilista. Los peces no entienden de regiones, y al
parecer, nos quieren convencer a todos que sí.

Oscar E. Henríquez Arriagada
Biólogo Marino

Oscar Henríquez Arriagada, es Biólogo Marino, con mención en pesquerías, con
más de 15 años de experiencia trabajando con pescadores artesanales. Fue
director zonal de Pesca de las regiones de Ñuble y Biobio, Secretario ejecutivo de
los 8 comités científicos pesqueros y comisionado para el tratado internacional de
subsidios a la pesca, en la OMC, Ginebra, Suiza.